viernes, 25 de marzo de 2016

EUROPA DESORIENTADA



                        Los atentados en Bruselas, otros más en suelo europeo, demuestran la vulnerabilidad de una Europa desorientada en tantas y tantas cosas, al extremo de poner en grave riesgo su futuro como UE (las fuerzas centrífugas y el euroescepticismo son cada vez más sólidas), como adalid de desarrollo y bienestar (la crisis económica y la desigualdad social hacen estragos en su población) y como ejemplo de libertad y democracia (la inseguridad “in crescendo” pone en riesgo una convivencia en paz y libertad). Una Europa, pues, desorientada, incapaz de afrontar los retos que tiene planteados, como, entre otros, además de su sostenibilidad económica, el problema de los refugiados y la inmigración, el de su ampliación hacia el este y su consolidación interna, o, muy especialmente, el de la amenaza yihadista cada vez más alarmante. Y buena parte de ello obedece a su incapacidad para profundizar, por culpa de intereses locales, en la creación de un verdadero Estado Federal Europeo con todas sus consecuencias, pues es imposible hilvanar respuestas sin un Parlamento que legisle de forma vinculante e inmediata, sin una Justicia que juzgue con normalidad los presuntos delitos cometidos por ciudadanos e instituciones, y sin un Gobierno que gobierne y ejecute, como cualquier gobierno nacional, las políticas que, erradas o no, se diseñen según los procedimientos democráticos habituales establecidos. Con veintiocho parlamentos y otros tantos tribunales Superiores de Justicia y Gobiernos nacionales (además de los parlamentos, tribunales y gobiernos en ámbitos territoriales menores) con plenas competencias e independencia para desarrollar sus políticas, apenas sujetas a ciertas orientaciones de armonización diseñadas por las instituciones europeas, es casi imposible afrontar con éxito y eficacia los retos y amenazas citadas. Y menos aún, como se está poniendo de manifiesto, las relacionadas con el terrorismo, cuyo impacto inmediato y catastrófico, provoca desgarros irreversibles, requiriendo políticas y medidas preventivas que hacen aguas por todas partes.
            Los atentados en Bruselas, todavía más que los de París, demuestran las carencias en la UE de políticas preventivas antiterroristas, que requieren urgentemente reformas en todos los ámbitos (legislativo, presupuestario, estructural-institucional…) y la asunción de responsabilidades, incluso penales, a los organismos encargados de la seguridad. No basta con que Juncker, el Presidente de la Comisión, culpe ahora a los gobiernos de pasividad ante el terrorismo, y les responsabilice de no aplicar las propuestas antiyihadistas del Ejecutivo Comunitario; no basta con pedir más colaboración de los servicios de inteligencia, ni con reuniones de los Ministros de Interior después de cada atentado… Las víctimas, sus familiares y los ciudadanos que quieren vivir en paz y libertad, exigen tener unas mínimas garantías de seguridad, que ahora no tienen, frente a la barbarie y la amenaza terrorista constante. Si hay que cambiar la ley, democráticamente, cámbiese; si hay que endurecerla, endurézcase y, si hay que hacer cumplirla, sí o sí, hágase. Lo inaceptable es que los asesinos terroristas anduviesen a sus anchas, gozando de plena libertad, cuando eran criminales conocidos y fichados por la policía que habían estado encarcelados por robo y disparos a un policía, aunque no cumplieron íntegra la pena; cuando alguno había sido deportado por Turquía, que advirtió de su peligrosidad y sus vínculos yihadistas, aunque la justicia belga no vio peligro y no lo detuvo; o cuando, alguno de ellos había violado la condicional, entre otras fechorías. En definitiva, como tantos y tantos miles de delincuentes (algunos peligrosos: pederastas, asesinos, violadores, etc), pero en este caso yihadistas sanguinarios, que, amparados por un buenismo político europeo, reflejado hipócritamente en la ley, pululan a sus anchas como verdaderas bombas de relojería contra la gente de bien que ha de soportar tan insoportable e innecesario riesgo.
            Baste recordar, para entender de qué estamos hablando, que Salah Abdeslan, el terrorista huido de París y finalmente apresado en Bruselas, ya fue localizado por la Policía dos días después de los ataques de París pero no detenido porque era de noche y la ley no permite operaciones nocturnas. ¿Se puede entender semejante estupidez legal? Entretanto nos permitimos poner el grito en el cielo por ejemplo con la “Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana”, que calificamos peyorativamente como “Ley mordaza”, porque, supuestamente, en determinadas circunstancias puede afectar a determinados derechos. Y es que en esta vieja Europa desorientada, incluida por supuesto España, si no entendemos de una vez por todas que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Democrático no son los enemigos, sino precisamente todo lo contrario, no vamos a ninguna parte. Estamos perdidos pues, si seguimos confundiendo democracia y libertad con permisividad, con tolerancia ilimitada, sin entender que, desgraciadamente, no todo el mundo es bueno, pues hay criminales, pervertidos y liberticidas que por su condición, no deben gozar impunemente de los beneficios de la libertad, ya que son ellos los enemigos y no las leyes democráticas, ni los Gobiernos, ni las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
                                   Fdo. Jorge Cremades Sena

lunes, 14 de marzo de 2016

LA CORRUPCIÓN COMO PRETEXTO



                        Cuando la corrupción (fenómeno tan frecuente como repugnante que aparece en nuestro deplorable panorama político español) se usa como pretexto para demonizar a una determinada formación política o desacreditar a sus líderes para obtener ventaja electoral propia o para justificar determinados planteamientos políticos difícilmente explicables se corre el riesgo de quedar, antes o después, con el culo al aire, salvo que tu propia casa esté limpia de polvo y paja o que, llegado el caso, estés dispuesto a defenestrar sin piedad y de forma contundente cualquier atisbo de suciedad que aparezca, caiga quien caiga y perjudique a quien perjudique, incluso si tú mismo eres el perjudicado. En caso contrario cualquier propuesta regeneracionista, tendente a erradicar la corrupción, genera más asqueo y desconfianza en lo que debiera ser la noble tarea política, convirtiéndola en un juego sucio de intereses particulares que aumentan el descrédito de los partidos políticos, prostituyen las ideologías a meras etiquetas vacías de contenidos y, en definitiva, deterioran la democracia a niveles de degradación alarmante que ponen en riesgo la gobernabilidad social y la convivencia en paz y libertad. Es lo que sucede en España, donde el bipartidismo clásico, hoy amenazado por partidos emergentes de nuevo cuño, tiene la costumbre de usar la corrupción del contrario como pretexto para desacreditarlo y relevarlo en el gobierno, sin reparar en la corrupción propia, al extremo de olvidarse del noble objetivo común de erradicar toda la corrupción por consenso, prefiriendo sustituirlo por la ruin estrategia de mantener cada uno la suya propia y excusarla con el intolerable e indecente “y tú más”. La consecuencia lógica: el desprestigio político de los partidos clásicos, PP y PSOE (así como el de otros partidos nacionalistas), protagonistas indiscutibles de la gobernabilidad de esta España democrática, y la proliferación de opciones políticas nuevas, nacidas del descontento generalizado, que llevan como bandera, entre otras propuestas regeneracionistas, la lucha anticorrupción inmisericorde.
            Pero, dicho lo anterior y dado que precisamente PP y PSOE son los partidos más votados por los españoles a pesar de todo, me temo que la corrupción se sigue usando como pretexto, con la estimada colaboración de los partidos emergentes. En efecto, la corrupción y la exigencia de responsabilidades políticas, es el principal pretexto para deslegitimar al PP y a Rajoy, no reconociéndole ni siquiera que, a pesar de todo, ha sido el partido más votado, es decir, el menos rechazado por los españoles. Argumento anticorrupción esgrimido por Sánchez, para justificar su rechazo a dialogar con Rajoy sobre la gobernabilidad de España, al que se suman tanto Rivera como Iglesias, quienes, a su vez y por separado, no tienen reparo alguno, en apoyar gobiernos municipales o autonómicos con el PSOE, que, como el PP, arrastra toneladas de sacos de basura desde épocas pretéritas, que se están investigando ahora en los tribunales por la desesperante lentitud de la justicia española que por ello se convierte en injusta. Así, agravando el asunto, a la incoherencia del líder socialista, se suma la incoherencia de los líderes de los partidos nuevos de usar la corrupción como pretexto de rechazo a quienes les conviene en vez de usarlo como acicate para invitar al consenso a todos para erradicarla.
            Y como la realidad es tozuda, ha querido el destino evidenciar tan cínica estrategia al ser imputado o ser investigado el socialista Gómez Besteiro, líder del PSdG y presunto candidato a la Xunta, por seis nuevos delitos (cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, fraude a las Administraciones Públicas, fraude de subvenciones y delito continuado de malversación de caudales públicos) en el marco de la Operación Pulpo, que se suman a otros cuatro anteriores (tráfico de influencias, cohecho, prevaricación y contra la ordenación del territorio) en el marco del Caso Garañón. Diez presuntos delitos del “amigo” de Pedro Sánchez, quien acababa de respaldarle como posible candidato a la Xunta, a pesar de estar ya investigado por los cuatro primeros, sin que ello fuera obstáculo alguno para que Rivera firmara el archiconocido acuerdo PSOE-Ciudadanos sobre regeneracionismo político y marco de gobernabilidad, con exclusión de Rajoy por su presunta responsabilidad política en los casos que afectan al PP. Diez presuntos delitos que han obligado, aunque sea por razones estéticas, a tomar medidas ante las críticas internas socialistas y la presión de Ciudadanos, que ve peligroso para su salud política añadir más dosis de corrupción a las ya digeridas. ¿Y cuáles son las medidas ejemplarizantes regeneracionistas? Que Besteiro, de cuya honorabilidad no duda su amigo Sánchez, no se presentará como candidato a la Xunta, lo que se puede vender como una dimisión sin serlo, aunque seguirá liderando el PSOE de Galicia, lo que se puede entender como que los corruptos desde ahora quedan inhabilitados para cargos públicos pero no para cargos orgánicos. Ya ven, un paso regeneracionista trascendental. Y todos tan contentos, incluido Rivera. Bueno, todos no, por bajini muchos socialistas critican la situación y alguno de ellos, como Pachi Vázquez, anterior Secretario general del PSdG, investigado también en otro caso, manifiesta que “en el PSOE, si estás imputado y eres amigo de Sánchez no pasa nada” pero “si estás imputado y no eres amigo de Sánchez dimites”. Y la regeneración política, ya ven, a la vuelta de la esquina.
                                   Fdo. Jorge Cremades Sena

martes, 8 de marzo de 2016

IRREALISMO Y REALIDAD



                        Es tal el empeño de los líderes políticos en promover un irresponsable irrealismo demagógico para distorsionar una realidad indiscutible, que, para no estar en la inopia, conviene repasar con hechos concretos, sin interpretaciones subjetivas, tanto el resultado electoral del 20-D como el proceso posterior hasta llegar a la fracasada investidura de Sánchez que nos deja en el punto de partida, pero en una realidad virtual, dibujada conscientemente por nuestros principales candidatos a la Presidencia del Gobierno, que nada tiene que ver ya con la realidad inicial surgida de las urnas. Si queremos tener cierta garantía de decidir con conocimiento de causa, en caso de nuevas elecciones, debemos situarnos en el 21-D, pues, desde entonces, han sido tantas las verdades a medias y las mentiras, las interpretaciones sesgadas de los resultados y las especulaciones sobre combinaciones para la gobernabilidad, las descalificaciones personales y los vetos, las incoherencias argumentales y los juicios de intenciones, los insultos y las salidas de tono, que, a poco que nos descuidemos, ni siquiera sabremos quién ganó las elecciones, quién debiera gobernar, quién actúa honestamente, qué mandato concreto dio el pueblo en las urnas…. y tantas otras cuestiones básicas que, de no tenerse en cuenta de cara a nuevas elecciones nos abocarían de nuevo a este callejón sin salida en el que nuestros honorables políticos nos han metido, interpretando a su antojo de forma interesada lo que cada español pedía en el momento de emitir su voto, cuando lo cierto es que cada voto opta por que gobierne la opción elegida, sobre todo si en campaña no se les dijo el caprichoso destino postelectoral que le daría su líder en caso de no obtener la mayoría suficiente. De entrada, habrá que entender que, si quien gana unas elecciones es el partido más votado, es indiscutible que las ganó el PP con 123 escaños y que, en principio, debiera ser quien gobernara. Pero el irrealismo imperante ha camuflado dicha realidad de tal forma que parece que las ganó el PSOE con 90 escaños, pues Sánchez exhibe 130 diputados, añadiendo a los suyos los 40 de Ciudadanos que, por arte de magia, que no por decisión de los votantes, le ha regalado de forma incomprensible Rivera.
            Los resultados electorales, son los que son: PP y PSOE, los más votados, aunque con diferencia considerable en votos y escaños, seguidos por Podemos y Ciudadanos; ninguno de ellos con mayoría suficiente, ni de dos en dos (salvo acuerdo PP-PSOE) para poder gobernar; PP y PSOE, preñados de casos de corrupción que se dilucidan en los tribunales; además de estos cuatro partidos y a distancia abismal, una devaluada IU y un variopinto conjunto de partidos radicales, nacionalistas o independentistas antidemocráticos de ámbito territorial. Es la tozuda realidad política en un país cuyo principal problema existencial es la amenaza de ruptura territorial del Estado, seguido del paro y de la salida definitiva de la crisis económica en sintonía con los postulados de la UE a la que pertenece. Prioridades indiscutibles, pues sin ellas todo lo demás queda como agua de borrajas. Pero seguimos sin gobierno, mientras unos y otros se acusan de ser los culpables. Entre todos la mataron y ella sólo se murió.
Lo cierto es que Rajoy, candidato más votado, convoca sin excepción al resto de candidatos y propone un gobierno de gran coalición para afrontar los retos que España tiene planteados. Sánchez se niega incluso a hablar y veta a Rajoy y al PP, principal razón, la corrupción; Iglesias le dice no y Rivera ve razonable que gobierne y le ofrece su abstención en la supuesta investidura. Pero, ante el veto de Sánchez, Rajoy plantea al Rey que no tiene apoyos suficientes para ser investido y el Rey pasa el testigo a Sánchez, quien, como Rajoy, no cuenta con mayoría y, a la desesperada, negocia con Iglesias y Rivera un acuerdo imposible ya que éstos se declaran incompatibles y se vetan entre sí. Finalmente Sánchez se decanta por Rivera, pacta un acuerdo y con 130 votos se presenta a la investidura, que fracasa en primera y segunda votación, pero el pacto PSOE-Ciudadanos se mantiene y ahora quieren negociar como si fuera un sólo partido con 130 escaños. Rajoy ahora retoma la iniciativa y les convoca sin vetos, vengan juntos o separados, mientras Iglesias veta que comparezcan juntos…. Es la realidad, grosso modo, del proceso y que, cada quien juzgue la actuación de cada uno de los protagonistas. Valga como ejemplo el último juicio de Iglesias en televisión que al preguntarle qué haría si ahora le propusiera el Rey la investidura, contesta que le diría que no cuenta con mayoría suficiente; sin embargo, al recordarle que es lo que hizo Rajoy, contesta que en absoluto ya que Rajoy ganó las elecciones y él no. En esta realidad virtual Rajoy sería un cobarde por no afrontar una fracasada investidura, Sánchez un valiente por hacer lo contrario e Iglesias un honesto por decirle al Rey la verdad. Y así el resto de argumentos.
                                   Fdo. Jorge Cremades Sena
                                   D.N.I. 25.891.970-L
                                   Maestro jubilado.
                                   Diputado en Cortes Generales por Alicante (1982-1996).
                                   Alicante, marzo de 2016