Como
un jarro de agua fría ha debido caer a los dirigentes de Podemos el reciente
discurso de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y
primer vicepresidente del oficialista y gobernante Partido Socialista Unido de
Venezuela, jactándose orgulloso de que Syriza y Podemos son claros ejemplos del
chavismo en el mundo. En efecto, tras el triunfo de Tsipras, dice Cabello que “ahí
está lo que pasó en Grecia, ahí está lo que va a pasar en España más temprano
que tarde” y remata con que “eso es el chavismo, que anda dando la vuelta al
mundo entero” y, para colmo, lo dice en un foro conmemorativo del inicio de la
revolución bolivariana, cuando Hugo Chávez intentó dar un golpe de Estado
contra el presidente constitucional Carlos Andrés Pérez, seguramente convencido
de que, como dice Pablo Iglesias, parafraseando a Marx, “el cielo no se toma
por consenso sino por asalto”. En definitiva, un verdadero mazazo para quienes,
como cúpula monocorde de Podemos, intentan ahora, por meros intereses
estratégico-electorales, echar tierra sobre su reciente pasado, no sólo de
asesoramiento, sino incluso de admiración y adoración al fallecido Chávez y a
su régimen “chavista” que ha llevado al pueblo venezolano al enfrentamiento, a
la ruina y a la falta de libertad… No vaya a ser que los españoles descubran
finalmente el verdadero rostro que se esconde tras la careta de ese “leninismo
amable” que, camuflado en la transversalidad ideológica con grandes dosis de
populismo falaz, intenta vender el ideólogo y empresario comunista Monedero y
la plana mayor de Podemos para esconder, una opción política, tan legítima como
otra cualquiera, de ideología comunista marxista-leninista, pero de poco
atractivo para la ciudadanía española. No es plato de buen gusto en estos lares
europeos, contrarios al caudillismo, que te asimilen con gobernantes, como
Maduro, que siguen instrucciones dadas desde el más allá, a través de pajaritos
o apariciones en los túneles, por su antecesor Hugo Chávez, o, como éste, que,
rodeado de sus lacayos en plena calle señalaba edificios con el dedo y esperpénticamente
ordenaba “¡Expropiesé!” ante el alborozo de la comitiva, que tomaba nota para
ejecutar la orden… y el pueblo haciendo colas y colas en las tiendas para
intentar adquirir los productos más básicos.
Pero
la realidad es la que es y, por más que quieran ocultarla, al final prevalece. Por
más que Pablo Iglesias y compañía, ante las perspectivas de obtener un buen
resultado electoral, pretendan borrar ahora su reciente pasado de colaboración
con y admiración al chavismo, que reconocen los diarios venezolanos, como Sexto
Poder, llevando en portada la imagen de Iglesias y calificándolo como “El
Chávez español”, y por más que ahora renieguen de su glorioso pasado chavista,
ganándose el “chavecito español”, como también le suelen llamar, el apelativo
de Judas traidor al régimen, los variados testimonios documentales hablan por
sí solos e impiden negar la evidencia, a pesar de que, en vez de reconocerlo,
arremetan contra quienes los sacan a la luz acusándoles de un ataque despiadado
hacia ellos por parte de la “casta”. Guste o no guste, hace menos de dos años,
Iglesias homenajeaba a su ídolo Hugo Chávez manifestando que era “la democracia
de los de abajo, la democracia de la mayoría social, la democracia”; guste o no
guste Monedero, entre otros muchos episodios, en conversación telefónica con
Chávez, a quien calificaba como “hiperlíder”, le decía con admiración
reverencial “Presidente, usted es un referente, así que haga su parte, cuídese
mucho y sepa que hace falta gente como usted, con su trayectoria, porque el
capitalismo todavía quiere hacer mucho daño y tenemos que, entre todos,
pararlo” (fin de la cita, que diría Rajoy); y, guste o no guste, es constatable
la asunción como propios de términos usados en su momento por Chávez, como
“casta” o “tic-tac”, y de objetivos como, entre otros, acabar con la
Constitución mediante unas “constituyentes”. Es comprensible que desde el
régimen chavista les consideren traidores por renegar de la fuente de
inspiración en que tan fervientemente bebieron o que desde la oposición
venezolana carguen contra este elenco de asesores, especialmente contra
Monedero (el ideólogo del grupo), por llevar a la ruina a su país con tan
preciada colaboración al “chavismo”.
Si,
elogiando a Hugo Chávez, el número tres del “Chávez español” o el “chavecito”
(como prefieran) dice que “los presidentes como él ponen el listón tan alto que
a veces pensamos que tienen que pasar cien años para repetirlo” y que se siente
digno “defendiendo a Chávez frente a la basura mediática española” (en todo
caso la misma que les ha catapultado a ellos), advirtiendo “que la derecha se
cuide mucho de tocarle un pelo a Nicolás Maduro”, esperemos que no tengan que
pasar cien años para que el pueblo venezolano recobre la libertad plena y el
progreso, para que los medios de comunicación venezolanos clausurados vuelvan a
salir a la luz o para que la derecha, como el resto de la oposición venezolana,
quede libre de amenazas y excarcelada por tocar, como dice Monedero, al
intocable Maduro. Y a su vez, esperemos que pasen más de cien años en España
sin semejantes salvadores de la Patria que, como el hiperlíder Chávez, se
mueven al grito de “Patria, socialismo o muerte”.
Fdo. Jorge Cremades
Sena
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